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martes, diciembre 10, 2024
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Piringo Bonilla: Un Ángel de Luz en Pan de Azúcar

Piringo Bonilla era, sin lugar a dudas, una persona extraordinaria. Con un alma generosa y una voluntad inquebrantable para ayudar al prójimo, fue un gran padre de familia y un hombre que sentía un profundo cariño por sus semejantes. Además de ser un artista plástico, fundó junto a su amigo, el maestro Chino Figueredo, el Taller de Artes Plásticas «La Vieja Bodega», que cumplió una importante labor social.

Piringo se integró en diversas comisiones de servicio y se sentía feliz ayudando a los demás. Siempre risueño y de buen humor, conocía a la gente del pueblo y sus problemas, y siempre estaba presente para ofrecer su apoyo. Su vida no pasó en vano; cuando alguien necesitaba una silla de ruedas o muletas, allí estaba Piringo, solidario y preocupado por sus vecinos o ex compañeros de trabajo que habían caído en desgracia.

Piringo practicaba en vida el mandamiento de Cristo: ayudar, comprender y escuchar al hermano que sufre. Era un ser de luz, un ángel de persona. No necesitaba declarar su afiliación política para ayudar; tenía la bandera de la fe y la caridad, la que nunca reclama lo que se da con el corazón.

Eso fue Piringo Bonilla: un hombre bueno, otro ilustre hijo de Pan de Azúcar, su pueblo, su comarca. Nunca olvidaremos al amigo que tanto dio de sí mismo para mejorar la vida de los demás.

Roberto Villalba Llamosa

Texto original curado y reescrito por Mónica G. Bueno Imagen descriptiva creada por BloggerPrise.

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