Toallas, Colchas, Géneros, Paños de piso, Repasadores y Frazadas, formaron parte de la creación más destacada de aquel optimista emprendimiento industrial. Emprendimiento este, que para su desarrollo apostó a la capacitación de sus recursos humanos, en algunos casos, y a la potenciación en otros, dentro del mismo ámbito laboral.
La plantilla de funcionarios contenía distintos oficios destinados a satisfacer las necesidades de funcionamiento de la empresa; en tal sentido, técnicos, devanadores, zurcidores, tejedores, cocedores, mecánicos, finalistas, administrativos, mensajeros y chóferes, fueron co-artífices de los logros industriales alcanzados en materia de productos y calidad.
Los artículos textiles obtenidos, se llevaban a la ciudad de Montevideo que era el principal mercado, allí previa entrega a los comercios de plaza, se sometían a un proceso de apresto.
Para la ejecución de todas las maniobras de traslado, se utilizaba una camioneta de tipo furgón propiedad de la empresa.
Ahora bien, así como la Segunda Guerra Mundial, por diferentes motivos, provocó un período de alza para el comercio internacional de nuestro país, la postguerra trajo aparejada la recuperación de las economías de los países intevinientes en el conflicto bélico y como consecuencia de ello, el perjuicio para nuestros intereses económicos fue notorio.
La industria nacional y en especial la textil, no pudo acompasar el avance tecnológico generado en Europa. La modernización de la maquinaria industrial y la aparición de tejidos sintéticos, entre otros, fueron causantes de la sostenida caída de competitividad en los mercados internacionales; a esta crítica situación se suma, la desaceleración de las leyes proteccionistas que, en adelante, en forma lenta pero sostenida, se irían aplicando prioritariamente en favor de otro tipo de industrias demandantes de una atención y participación más activa.
Ante esta realidad contundente, las grandes empresas textiles que operaban en nuestro país, intensificaron su participación en el mercado interno comprometiendo la viabilidad y permanencia de las medianas y pequeñas empresas textiles existentes.
Tejar S.A. como pequeña industria textil no fue la excepción, sufrió las consecuencias de tan desfavorable situación y cerró sus puertas definitivamente en el año 1956.
Sin lugar a dudas marcó un hito para las expectativas industriales de la entonces villa y legó un claro ejemplo, para futuros emprendimientos.
Nómina de Funcionarios Tejar S.A.
Nuble Sención | Edison Salaverry | Vieytes |
Ramona Llanes | María Esther De León | Limonge |
Magel De León | Olga Bernardet | Petrona Perlas |
Chichita Sosa | Idalia Ravazzio | Elvira La Fuente |
Petrona Bonilla | Nena Lazo | Eufrasia De León |
Pocha Zeballos | Ángela Pérez | Sara Viera |
María del Carmen Mónaco | Delfín Lazo | José Bernardet |
Juan Acuña | Elbio Fernandez | Miguel Fernandez |
Eduardo Segueza | Martín Hernández | Sarazola |
José Casas | Hilda Prego | Nibia Guerra |
Blanca Pereyra | Gladys Viera | Lidia Fernandez |
Nidia Torres | Antonio De León | Óscar Casas |
Para algunos, fue un corto sueño, para sus protagonistas directos, fue una gran experiencia de vida digna de atesorar con sus mejores recuerdos.
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Revista Letras, Edición 10º 2014-2017
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