El autor de mis días
marcándome una senda
quitándome piedras del camino
construyendo en soledad mi infancia
de la mejor manera que entendía.
No siempre justo
equivocando el método de a ratos
pero poniendo el corazón en todo
y el tiempo me enseño que solo era
irremediablemente un ser humano.
Mi maestro de vida
sonrisa, calidez, ternura, llanto.
una palabra, un reto, silencios, un abrazo
a pesar de la ausencia hoy abrigo una esperanza
la de volver a estar juntos algún día.
Nilda Gedimi