Mis manos no podrán
volver a ser aquellas
porque les falta gracia
y les sobran inviernos
.
Como dos concertistas
en el mismo teclado,
la red de nuestras vidas
cuatro manos trenzaron.
.
Hoy las mías van solas
y en la noche se extienden
como buscando sombras
de otras manos que tiemblan.
.
Antes, la piel sedosa
propiciaba las caricias
alas de mariposa
meciéndose en la brisa
.
Mis manos y tus manos
con aire de promesa
eran manos de amantes
girando con tibieza.
.
Quiero pensar en ellas
cuando jóvenes eran
cuando sabían a besos
a canción y a luceros
Wilma Pereira de Vaccaro