¿Qué hace el banco con mi dinero?

¿Qué hace el banco con mi dinero?

“Como ahorradores o inversores, estamos prestando nuestro dinero al banco para que lo utilice y obtenga una rentabilidad. Y según a qué sectores o empresas lo preste, estará promoviendo un tipo de realidad social u otro. Todos somos responsables de lo que se hace en el mundo con nuestro dinero” Joan Antoni Melé, subdirector general de Triodos Bank

Que levante la mano quien esté realmente seguro del destino de su dinero en su banco. Probablemente pocos se aventurarían a asegurar este tema y más teniendo en cuenta que la crisis ha puesto de manifiesto que ni los propios bancos conocía, aunque debían haberlo sabido, algunas de sus inversiones. Eso es porque primaban otros criterios por encima de la transparencia y la responsabilidad social y parte de la sociedad aplaudía este juego.

Curiosamente muchos nos preocupamos por un estilo de vida más sano, justo y sostenible y queremos vivir en un mundo mejor pero no exigimos los mismos valores a nuestros dinero (la pela es la pela) y esto no sólo es una incoherencia, sino que es un freno en el desarrollo del nuevo modelo de sociedad.

Especulaciones irresponsables, armas, evasión de impuestos y negocios aun más turbios aparecen en el circuito del dinero convencional y hasta ahora ni los bancos han sido transparentes y nos han pasado cuentas de sus movimientos, ni los clientes lo han exigido. Y ambas cosas deben cambiar.

Os dejamos un esclarecedor artículo titulado “¿Qué hace el banco con mi dinero?”, aparecido en la revista online nº 22  (páginas 5-6) de Triodos Bank de la que hemos hablado aquí, y que trata todos estos aspectos.

Nunca una pregunta ha podido cambiar tanto las cosas: ¿qué hace el banco con mi dinero?. En la nuevo paradigma económico todos conoceremos las respuestas y nos sentiremos orgullosos de ellas…

¿Se imagina que mientras usted sale a la calle a mostrar su rechazo a la guerra de Irak, el dinero que tiene en su banco está financiando las armas que se van a emplear en el conflicto? Éste es uno de los ejemplos planteados por Joan Antoni Melé, subdirector general de Triodos Bank, en su libro Dinero y conciencia.

¿A quién sirve mi dinero?: “Como ahorradores o inversores, estamos prestando nuestro dinero al banco para que lo utilice y obtenga una rentabilidad. Y según a qué sectores o empresas lo preste, estará promoviendo un tipo de realidad social u otro. Todos somos responsables de lo que se hace en el mundo con nuestro dinero”, señala.

En la actualidad, estamos asistiendo a una toma de conciencia sobre el uso que hacemos de nuestro dinero. La crisis financiera está despertando un interés por saber en qué invierten los bancos los ahorros que les confiamos y demostrando la importancia de que éstos sean transparentes en las inversiones. La complejidad y opacidad de muchas operaciones bancarias ha puesto al descubierto que algunas entidades no sabían dónde estaba invertido su dinero, y mucho menos sus clientes.

¿Deben las instituciones financieras ser más transparentes en sus inversiones?: “Como cualquier empresa, los bancos tienen la obligación pública de ser transparentes en el impacto que sus actividades tienen en las personas y el medio ambiente”, responde Arcadi Oliveres, profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y presidente de Justícia i Pau. “No hay que olvidar que los bancos son actores clave con un gran peso social, porque con su actividad están financiando el desarrollo de determinados sectores y empresas. Como ciudadanos, ya seamos clientes o no, debemos saber qué están haciendo las entidades financieras y el impacto que sus inversiones tienen en nuestras vidas”, añade.

En el mismo sentido apunta Juan Torres, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla y firme defensor de otro modelo de finanzas más éticas. “Si cualquier negocio debe ser transparente por responsabilidad ante la sociedad y sus propietarios, el sector bancario mucho más. Las entidades bancarias realizan negocio con dinero ajeno, invirtiéndolo para crear una rentabilidad a partir de él, de modo que la transparencia debería ser esencial”, señala.

Los bancos son el corazón del sistema económico, que recogen el dinero depositado por ahorradores e inversores que no lo necesitan en el momento y buscan rentabilidad, seguridad y liquidez para sus ahorros, y lo bombean hacia emprendedores y organizaciones que lo necesitan para poner en marcha su proyecto. “Porque están en el centro de la actividad económica, las entidades financieras influyen de manera decisiva en el tipo de sociedad que tenemos”, apunta Melé.

Como financiadores, los bancos deben informar al público no sólo de sus propias prácticas, sino también de las actividades de los clientes a los que financian. Es decir, ser transparentes sobre las compañías, proyectos y países en los que invierten. Pero, ¿cuál es el papel de los ciudadanos en esta necesidad de transparencia bancaria?.

“En mis 30 años de trabajo en una caja de ahorros, ni a mí ni a ningún compañero o conocido en el negocio bancario nos preguntó nadie qué íbamos a hacer con el dinero que nos confiaban”, comenta Joan Antoni Melé. “Achacan a Henry Ford la frase de que ‘si la gente supiera lo que hacen los bancos con su dinero al día siguiente habría una revolución’. No sé si realmente la frase es suya o no, pero es verdad. ¿Cómo reaccionaría la gente si supiera claramente que con su dinero los bancos evaden impuestos, financian a terroristas, traficantes y explotadores de toda laya?”, se pregunta Torres.

Según Oliveres, los bancos tienen la responsabilidad de ejercer más la transparencia, pero somos los propios ciudadanos quienes debemos exigírsela. “Cuando vamos a un banco o una caja de ahorros, sólo preguntamos por lo que nos interesa: el precio y las características del producto que queremos contratar. Pero no hacemos una pregunta básica: qué van a hacer con nuestro dinero. Como ciudadanos, debemos preguntarnos qué hacen los bancos con nuestro dinero porque no sabemos si éste está apoyando sectores con los que no estamos de acuerdo”.

Las malas prácticas bancarias han puesto en peligro el mayor intangible con el que cuentan las instituciones financieras: la confianza. Según un estudio de la consultara suiza Convalence en septiembre de 2009, la reputación ética de los bancos progresa más lentamente que otros sectores productivos. La transparencia es clave para recuperar la confianza necesaria en toda relación financiera. Pero existen otras ventajas.

La red internacional Banktrack, que agrupa a 30 organizaciones sociales dedicadas a analizar la transparencia y las inversiones de los bancos en todo el mundo, señala que una política de transparencia por parte de los bancos no sólo es un ejercicio de responsabilidad social y una obligación moral, sino que permite mejorar la imagen, aumenta la apreciación por parte de clientes y grupos de interés, marca una ventaja comparativa con respecto a otros bancos y reduce riesgos. “Cuanta mayor transparencia en las inversiones, menor es el riesgo de corrupción y el uso de fondos para financiar actividades y sectores contrarios al interés público, como el gasto militar”, señalan en el informe Acabar con las Inversiones Dañinas.

Según esta organización, la transparencia es una asignatura pendiente de los grandes bancos, opinión que comparte Arcadi Oliveres: “Los bancos son poco transparentes a la hora de dar información sobre sus inversiones y si lo hacen es con cuentagotas”. De esta generalización excluye a los bancos éticos. “Si por algo se puede diferenciar la banca ética es por la transparencia en sus inversiones y por el tipo de sectores sostenibles que financia, como Triodos Bank”.

Juan Torres considera que las entidades financieras deben mejorar la transparencia en el uso de los recursos de sus clientes, en su política de financiación, en los criterios, en las inversiones que realizan, en las fuentes de su patrimonio y de sus ganancias y en los costes reales que imponen a sus clientes. “¿Habrían ocurrido las crisis en el mundo financiero si hubiesetransparencia? ”, se pregunta. “Es evidente que no la hay. Entre otras cosas, porque los bancos disponen del poder suficiente como para imponer normas contables y fiscales que les permiten ocultar la situación real de sus negocios, lo que hacen para ganar dinero y el efecto que todo ello tiene en las economías”.

Responsabilidad social por parte de las instituciones financieras y mayor concienciación por parte de los ciudadanos a la hora de elegir a qué banco o caja de ahorros confiamos nuestro dinero. Y entre ambos, la transparencia se presenta como el eje necesario en el camino hacia una sociedad más sostenible.

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